- 1 litro de leche
- 150 gr de harina
- 4 o 5 cucharadas de aceite
- 100 gr de jamón serrano picadito
- 5-6 níscalos
- Sal, pimienta negra, nuez moscada
Para rebozar:
- Pan rallado
- Huevo
- Aceite de oliva para freír
Elaboración:
En un sartén ponemos el aceite o mantequilla a calentar (yo aceite de oliva). Cuando esté caliente añadimos la harina y la mezclamos bien, cocinamos unos minutos sin parar de remover para que no se nos pegue al fondo.
Poco a poco vamos añadiendo la leche (previamente calentada), sin parar de remover y mezclando bien para evitar grumos.
Cuando nuestra bechamel empiece a despegarse de las paredes de la sartén, añadimos el resto de los ingredientes, el jamón serrano y los níscalos (previamente cocinados) bien picaditos y todas las especias, reservando la sal para el final para evitar que nos quede salado, ya que el jamón va a salar la bechamel.
La volcamos sobre una fuente o plato grande, dejamos templar 2 o 3 minutos y cubrimos con papel film para evitar que nos salga costra (también podemos untar la superficie con alguna grasa). Enfriamos a temperatura ambiente y posteriormente metemos en la nevera hasta que esté sólido (mejor de un día para otro).
Ahora vamos a formar nuestras croquetas. Con una cuchara cogemos porciones del tamaño que nos guste, y pasamos por pan rallado + huevo batido + pan rallado.
Freímos en abundante aceite caliente hasta que estén doradas y disfrutamos de este maravilloso bocado.